LUNA DE MIEL
Rosina primaverales
Recién salida de los cuentos de Hadas
Buscando al príncipe azul de sus sueños de niña
Ya hecha una mujer
Se paseaba por una sala de baile
Llamada “La Barca”
Junto a la pradera de san Isidro, en Madrid
Donde conoció a un chico que le hizo tilín
Quien la invitó a bailar
Que Nemesio se llamaba.
-Qué guapa eres, Rosina. Tienes unos pechos muy finos
Y eres una preciosa mujer.
Así él a ella agasajaba, apretándola contra sí.
No más de seis meses salieron
Cuando él se vino a casa de sus padres
A pedirles la mano de su hija
Para llevarla al altar de sus amores
Que más que un altar fue un potro de dolores.
-Hija mía, no te cases con él.
Mira que tu padre ha sabido que es un golfo
Y un indómito putero
Que, además, fuma porros
Que aprendió a meter la polla en maricones Ojetes
Y en las vaginas de Putas
De bares de alterne y casas de citas
A quienes pega y humilla
Hasta conseguir violentarlas sin su consentimiento.
-Madre, pero madre
Es que me gusta mucho. ¡Estoy enamorada¡
Todas las parejas se van a hacer Sexo
A orillas del río Manzanares
Y, sin embargo, él me trata como una princesa
Diciéndome que sus amores les guarda
Para la Luna de Miel.
-Hija, Carmela, tu amiga
La que está casada, y con dos hijas
Quien un día encontraría a su esposo
Metido en la cama de matrimonio con un maricón
Me ha contado que su esposo, amigo de Nemesio
Le ha dicho que tu novio tiene por Catecismo" las revistas Porno
Y por Biblia “las 120 Jornadas de Sodoma”
Del marqués de Sade.
-Madre, cuando yo me case con él
Le haré de cambiar
-No, hija mía, no.
No olvides nunca que los malos nunca cambian
Pues “genio y figura hasta la sepultura”.
Ya, convenido el matrimonio
La novia hizo su despedida de soltera en casa
Con cuatro amigas en alegre guateque
Mientras el novio hizo su despedida
Invitando a tres cuñados en un baile de Tirso de Molina
Con la idea de acostarse con una furcia
Apostando a ver quién de los cuatro la conseguía.
-Hola machotes, ¿bailamos?
Después del baile hay Sexo.
Los tres cuñados le dijeron que no.
Nemesio, sin embargo, se fue tras ella sin echar el baile
Pensando tan sólo en echar un casquete.
Al día siguiente, Rosina y Nemesio se han casado
Por la iglesia, en intimidad
Asistiendo tan sólo sus padres y el cura celebrante
Primo del novio, de Ciudad Real.
La celebración fue de mañana, al mediodía
Y, por la noche, el padre de Rosina y un yerno
Les acompañaron a la Estación de Atocha
Para coger un tren coche cama
Que les llevará a Málaga a pasar su Luna de Miel.
Él se despidió de nosotros diciendo:
-Adiós, familia, ya veréis cómo vamos a gozar.
Ella nos ofreció una sonrisa que parecía triste.
-Madre, usted tenía razón
Le decía Rosina a su madre por teléfono y llorando.
Ya, en el tren, me ha tratado muy mal, madre.
Nada más llegar al hotel e instalarnos en la habitación
Sin siquiera colocar las ropas en los armarios
Me ha cogido de los pelos y arrastrado
Hasta la cama del dormitorio.
Me ha rasgado el vestido y toda la ropa interior.
Teniéndome así cogida
Se ha desnudado completamente, soltándome del pelo
Y empezando a golpearme y abofetearme
Llamándome “zorra” y “puta”
Obligándome a arrodillar ante él
Y hacerle una mamada.
-Levanta de ahí Rosina. No me repliques
Que la picha que yo traigo debo mancharla en tu sangre.
-Madre, me la metió primero por el Ano
Después por la Vagina
Todo esto hecho a “estilo perro”.
Después, me abofeteó la cara
Corriéndose por mis orejas entre los pelos, gritándome:
-En dos horas jodida toda perra se levanta.
El me tumbó en la cama
Que dejé bañadita en sangre.
-Yo creo, madre, que llevaba idea de matarme.
Esta Luna de Miel, madre
Ha sido toda la Pasión de Cristo
Y los Dolores de María.
-Hija mía, ¡por Dios¡ qué salvaje.
Pero no te ha matado.
Ven con nosotros al instante.
-Madre, no puedo.
Llena de miedo y horror estoy unida a él
Pues me ha dicho que si no soy su esclava
En el trabajo y el Sexo
Las campanas de la iglesia de Oporto
Sonarán a muerto.
-Hija mía, qué mala suerte has tenido
Que te has casado con un demonio.
-Daniel de Culla